Pese a la entonación y la inadecuada expresión empleada por
Antonio Romero, en la Andalucía de los años 90 (“Si IU fuera capaz de darle el
sorpasso al PSOE…”), no se trata de un andalucismo traducible por
‘zarpazo’, ‘sopapo’ o ‘golpe por sorpresa’ como todavía creen muchos.
La palabra italiana sorpasso, puede traducirse,
literalmente, como adelantamiento o acto de sobrepasar un vehículo a otro
o, en general, un corredor a otro, en una carrera de cualquier
naturaleza. Así se utilizó para dar título a una película de Dino Rissi
que se hizo famosa a comienzos de los años 60.
En el ámbito del lenguaje político, aplicado a la carrera
electoral, fue usado en Italia por el Partido Comunista Italiano (PCI) para
designar el proyecto, de adelantar o superar en votos a la Democracia
Cristiana (DC) y alcanzar el gobierno. Hay que advertir que, desde el final de
la Segunda Guerra Mundial y hasta su desaparición, el Partido Comunista
Italiano fue el partido hegemónico de la izquierda, obteniendo resultados que,
con frecuencia, se situaron ente el 25% y el 35% del voto válido, lo que venía
a suponer el doble de los votos obtenidos por el PSI (Partido Socialista
Italiano). El objetivo de adelantar a la Democracia Cristiana no era, por
tanto, ninguna fantasía especulativa, sino algo perfectamente
verosimil y alcanzable. Sin embargo, nunca sucedió.
En España, esa estrategia italiana del adelantamiento o
sorpasso, fue adoptada por el Partido Comunista de España y por Izquierda
Unida, a finales de los años 80, pero en esta ocasión, el objetivo nunca
estuvo cifrado en adelantar al PP para que IU accediese al gobierno
e impedir que lo hiciese el PP. El objetivo era mucho más modesto en términos
cuantitativos y políticos: se limitaba al proyecto de adelantar al PSOE por su
izquierda, para imponer, en el ámbito de la izquierda, la hegemonía electoral
de los comunistas sobre los socialdemócratas y convertir al PSOE en una fuerza
subsidiaria impelida a apoyar la acción de gobierno en la dirección marcada por
el PCE.
Mientras en Italia, el partido hegemónico de la
izquierda, pretendía aumentar su fuerza electoral para adelantar a la
derecha y arrebatarle el gobierno, en España, el PCE (que no era hegemónico en
la izquierda) proyectaba arrebatar la hegemonía al
PSOE, dándole el sorpasso, es decir, adelantándolo en
numero de votos. Expresado en cifras, los partidarios del sorpasso nunca
definieron como objetivo echar al PSOE de la carrera, sino simplemente
adelantarlo. El objetivo era adelantar al PSOE. Tener más votos que él. Si el
PSOE tenía 9 millones de votos e IU 1 millón, el éxito consistía en
quitarle 5 millones al PSOE, de modo que IU contase con 6 y el PSOE solo con 4.
Esa diferencia, e incluso menor (5 IU - 4 PSOE) hubiese sido considerado un
sorpasso, un adelantamiento triunfal... aunque, obviamente, ninguno de los dos,
ni PSOE ni IU, hubiese ganado la carrera.
Pese a lo limitado del proyecto en términos cuantitativos,
nunca llegó a consumarse, ni de lejos. En un momento en que el declive del
PSOE, liderado por Felipe González, era ya manifiesto desde principios de los
años 90, la parte de la izquierda que se había movilizado por el No en el
referéndum de la Otan en 1986, que había denunciado la corrupción, las
privatizaciones, la reconversión, el paro y los GAL, no logró en ningún momento
acercarse al objetivo de adelantar al electorado socialista por la izquierda.
Los meritorios 2,5 millones de votos conseguidos en las
europeas de 1994, recordados como un hito por sus protagonistas, apenas
alcanzaron la mitad de los 5,7 millones conseguidos por el PSOE. Pero ese
resultado abría el camino a la esperanza de quienes creían llegado el momento
de sacudirse “el efecto transición” que, en su opinión, había otorgado al PSOE
una injusta hegemonía en el espacio de la izquierda. El PCE, que había liderado
en las fábricas, en las universidades y en las calles todos los movimientos de
oposición al franquismo, no pudo ni supo digerir nunca la derrota electoral
frente a un PSOE que prácticamente apareció de la nada cuando el dictador
estaba a punto de morirse. En esas europeas del 94, el PSOE dobló ampliamente el
número de votos de una Izquierda Unida al alza, pero el importante
recorte de las distancias, afianzó la esperanzade que el ansiado sorpasso sería
posible.
Esperanza que no tardaría en ser de nuevo defraudada: en las
generales de 1996, el duelo ya no se jugaba en el tablero europeo y los
contendientes en la cabeza de lista no eran dos socialdemócratas (Fernando
Morán por el PSOE y Alonso Puerta, del PASOC, por IU) sino en el tablero
español, enfrentando a un comunista en ascenso, Julio Anguita, fundador de la
teoría de las dos orillas y defensor de la estrategia del sorpasso, frente a un
socialdemócrata en declive que había refundado el socialismo español al grito
de ¡Hay que ser socialista antes que marxista!.
El resultado puso sobre la mesa una realidad muy distinta a
la esperada: Anguita apenas pudo sumar 130.000 votos a los que ya había
conseguido Alonso Puerta dos años antes y los 2,6 millones de votos de
Izquierda Unida se fueron por debajo de un tercio de los 9,4 millones de votos
conseguidos por el derrotado Felipe González. El sorpasso de IU al PSOE estuvo
muy lejos de poder consumarse. El sorpasso lo dió Aznar, adelantando al PSOE.
Y muchos aprendimos en la práctica lo que ya sabíamos por el
estudio de la teoría electoral: la izquierda dividida (2,6 + 9,4 = 12 millones
de votos) perdía, en la disputa teológica sobre en qué orilla estaban los puros
y los limpios y cuál es el sexo de la verdadera izquierda, la oportunidad de
gobernar, cedida gratuitamente al verdadero adversario: Un Aznar dispuesto a
hablar catalán con tal de gobernar con 9,6 millones de votos.
En las elecciones Generales del 2000 los votantes de IU (1,26
millones, una pérdida de más del 50%) y del PSOE (7,91 millones, una pérdida
del 16%) sumaron 9,1 millones de votos. Menos de los que le sirvieron a
González para perder cuatro años antes. El PSOE había perdido en favor de la
abstención millón y medio de votos. IU, con Paco Frutos al volante, con
menos de la tercera parte de los votos que el PSOE, perdió otro millón y medio.
La disputa teológica había servido, ante todo, para mandar a la abstención a
tres millones de votantes de la izquierda. El PP de Aznar, con solo 10,3
millones de votos, alcanzaba la mayoría absoluta y transformaba en cuatro años
el estado social definido en la Constitución, en un estado
liberal.
Fue el precio que pagamos, ufanos y complacidos de la propia
pureza, aquellos que arrastrados por el encendido discurso ético del califa,
quisimos salvar nuestras almas cruzando a la “orilla correcta”. El
sorpasso, el adelantamiento de la izquierda verdadera, de la izquierda real, de
la izquierda ética, de la izquierda honrada, no llegó a producirse. Y fue
esa izquierda a la que muchos se complacen en llamar la izquierda
falsa, la izquierda mediática, la izquierda corrupta, la izquierda de derechas,
la que le hizo un sorpasso de tres millones de votos al PP, y se trajo a casa
las tropas que nunca debieron ir a Irak.
Muchos, muchísimos ciudadanos, incluidos antiguos y notorios
predicadores de la parábola de las dos orillas, quisieron subirse al carro del vencedor
y también se embarcaron para repatriarse, cruzando a toda prisa a
la orilla derecha, la orilla impura, donde, según la doctrina ortodoxa de
la verdadera izquierda, habitaba el PSOE. En julio de 2004, hace casi 10 años,
15 millones de ciudadanos se reclamaban de izquierda e integraban el binomio
(intención de voto + simpatía) al PSOE.
El pasado enero el barómetro del CIS cifraba en el 17,1% del
Censo (unos 6 millones de electores) el valor de
ese binomio voto+simpatia.. Una pérdida de 9 millones de votantes
potenciales respecto a 2004. Un millon menos de los votos reales que el PSOE
obtuvo en las últimas elecciones de 2001 y 5,3 millones menos que los
obtenidos en las elecciones de 2008. Una crisis, sin precedentes, mucho más
profunda que la que afectó al PSOE de Felipe González, que perdió en 1996 con
9,2 millones de votos.Una crisis, que con toda seguridad, abrirá de nuevo una
esperanza antigua: "Si IU fuera capaz de darle el sorpasso al
PSOE..."