domingo, 16 de marzo de 2014

Las fugas del PSOE. (2) ¿Por dónde se van los votos?

¿De qué sectores del espectro ideológico proceden estos  5 millones de votos fugados? 
¿Qué votantes son los que han abandonado al PSOE en los últimos seis años?

Cuando se estaban celebrando las elecciones de marzo de 2008, los ciudadanos españoles mayores de edad, se auto-ubicaban, en una escala ideológica Izquierda-Derecha de 10 tramos, de acuerdo con las cantidades y proporciones que se representan en el siguiente gráfico:

Gráfico 2: Auto-ubicación ideológica de los electores (2008)

     Datos obtenidos de la Encuesta pre-electoral del CIS de enero de 2008 (Estudio nº 2750)

Los votos que recibió el PSOE en 2008 de cada uno de esos sectores ideológicos del electorado, los hemos representado en el gráfico que insertamos a continuación:

Gráfico 3: Votantes del PSOE en cada tramo de la escala ideológica  (2008)

    Cifras obtenidas aplicando a los resultados electorales reales los porcentajes de la Tabla Voto+Simpatía de la Encuesta Pre-electoral del CIS de enero de 2008 (Estudio nº 2750)

A despecho de la enorme difusión alcanzada por esas propagandas interesadas, según las cuales el PSOE es igual que el PP, los datos anteriores nos ponen ante un hecho incuestionable, al mostrar  que ambos partidos se diferencian radicalmente, al menos, en la procedencia ideológica de su electorado:

  •  De los 13 millones de votos con los que contaba la izquierda en ese momento, el PSOE recibió 7,7 millones que eran el 60% de todos los votos de la izquierda y el 68% de todos los votos recibidos por el PSOE desde cualquier sector del espectro ideológico.
  • El resto de los partidos existentes en el país,  recibió de estos dos sectores del electorado 3,5 millones de votos, que eran el 27% de los votos de la izquierda.
  • Un 13% de los electores de izquierda optaron por la abstención.
No son esos, desde luego, los votantes que apoyan al PP, ni siquiera cuando alcanzan la mayoría absoluta. Después de cuatro años de gobierno, el PSOE fue elegido por la mayoría de la ciudadanía de izquierdas. Y fue este sector de la ciudadanía el  que se constituyó en su base social, en el núcleo electoral de este partido. Es muy conveniente subrayar este hecho porque existe una tendencia muy arraigada a ponderar exageradamente la importancia de los votos de Centro para el PSOE.

Nadie puede negar la importancia cualitativa del electorado centrista, porque de sus fluctuaciones ha dependido tradicionalmente que el PSOE gane o pierda el Gobierno del Estado. Pero de ahí no debe inferirse la importancia cuantitativa de ese electorado centrista: en el 2008, el 80% de los electores centristas no votaron al PSOE, y pese a ello ganó las elecciones con el número de votos más elevado  que haya recibido jamás ningún otro partido en el periodo democrático.

El centrismo no es la base electoral del PSOE, que está sólidamente asentado en la izquierda: el 40% de la izquierda más radical votó al PSOE frente al 49% que se repartieron  otros partidos;  el 65% de la izquierda moderada votó al PSOE, mientras que solo un 21%  de estos votantes se decantó por otros partidos de la izquierda estatal (IU) o las izquierdas nacionalistas (ERC, BNG, etc). El centrismo constituye una suerte de “electorado bisagra” que aporta la minoría suficiente para que este partido pueda acceder al Gobierno. Pero no es su “electorado natural”.


La situación en 2014

A día de hoy, la composición ideológica del electorado no ha cambiado sustancialmente. El electorado sigue estando donde estaba en 2008

Gráfico 4: Auto-ubicación ideológica de los electores (2014)

Datos obtenidos del Barómetro del CIS de enero de 2014 (estudio nº 3011)

Si alguna observación puede hacerse a este gráfico es para subrayar el ligero desplazamiento hacia la izquierda del electorado: del 37.1% del censo en 2008, la izquierda ha pasado al 39.1% en 2014. No es un desplazamiento muy significativo. La izquierda en 2014, se encuentra en realidad en una situación estacionaria, superando ligeramente, como en 2008, los 13 millones de electores. 

Pero ahora, la situación en cuanto a la expectativa de voto, ha cambiado radicalmente:

PROCEDENCIA DE LOS VOTOS AL PSOE.
Sector ideológico
Elecciones 2008
Voto+Simpatía 2014
Diferencia
1-2 (Izqda radical)
1.081.518
530.745
550.773
3-4 (Izqda moderada)
6.634.742
4.039.803
2.594.939
5-6 (Centro)
2.441.151
1.179.294
1.261.857
7-8 (Dcha moderada)
133.214
88.353
44.861
9-10 (Dcha radical)
23.703
29.451
-5.748
NO SABE
679.617
309.549
370.068
NO CONTESTA
291.264
88.353
202.911
TOTAL
11. 289.335
6.265.548
5.023.787

En cifras absolutas, el PSOE ha perdido cinco millones de votos.  Más de 3,1 millones de votos proceden del electorado de izquierda. Menos de 2 millones de votos perdidos se los reparten entre el centro (1.3) y el grupo de los no ubicados ideológicamente (0.6). En términos relativos, el 62% de las fugas proceden de la izquierda y el 38% restante de opciones no izquierdistas. 

Gráfico 5: Votantes del PSOE y votos perdidos entre 2008 y 2014

Los datos de pérdidas, contenidos en la tercera columna del gráfico anterior, pueden ser presentados en forma de porcentajes sobre el total de pérdidas, lo cual nos permite construir el siguiente

Gráfico 6: Las fugas de votos al PSOE en cada sector ideológico (2008-2014)


Como puede observarse, las fugas de mayor importancia se han producido, según mis cálculos, en el conjunto del electorado de izquierdas, tanto en cifras absolutas (3.1 millones de votos) como en términos relativos (el 62% de todas las pérdidas proceden de la izquierda en su conjunto). A este respecto, se puede y se debe matizar que casi el 52% de las pérdidas totales procede del electorado de izquierda moderada (tramos 3 y 4 de la escala ideológica) que fue –y sigue siendo, a pesar de las pérdidas- la base social sobre la que se sustenta el PSOE pues en enero de 2014, el 65% de los que probablemente votarán a este partido se auto-ubican en ese tramo de la izquierda moderada.

Los cálculos de Ignacio Jurado, dibujan un panorama  muy distinto como muestra el gráfico que se inserta a continuación tal y como fue publicado hace unos días en Piedras de Papel:


Las discrepancias entre los dos gráficos son muy notorias y ello se debe a dos razones:
  •  Primera: Ignacio Jurado ha considerado la evolución reciente de la fuga (entre noviembre de 2011 y octubre de 2013. Es posible que en el período considerado, los fugados sean, mayoritariamente, votantes situados en el centro o sin ubicación ideológica declarada. No puedo confirmar ni refutar que eso sea así, porque en mis cálculos no he distinguido el periodo Zapatero del periodo Rajoy. Pero de ser cierto que en el periodo Rajoy las fugas de votantes centristas han sido mayoritarias  (47% del total de las pérdidas) estaríamos hablando de un volumen de pérdidas inferiores al millón de votos. Las pérdidas supuestamente mayoritarias de los votantes centristas no alcanzarían ni medio millón de votos en ese periodo.  Pero el PSOE, desde 2008, ha perdido 5 millones de votos. Quedaría por explicar la procedencia de los 4,5 millones restantes.
  •  Segunda: Ignacio Jurado propone una adscripción muy peculiar y poco habitual de los tramos que deben componer la Izquierda, el Centro y la Derecha en la escala de 10 tramos en la que el CIS pide que se auto-ubiquen sus encuestados. Según él la Izquierda la compondrían los tramos 1, 2 y 3; el Centro estaría integrado por los tramos 4 y 5. La mitad restante de la escala sería para la Derecha. 
Obviamente, no estoy de acuerdo con su propuesta. En sentido estricto, los cinco primeros tramos constituyen la izquierda de la escala y los cinco últimos, constituyen la derecha. Sin embargo, todos hemos aprendido hace años, que muchos encuestados perciben erróneamente el 5 como punto medio entre 1 y 10 y se colocan en el 5 porque quieren estar en el CENTRO. Todos hemos aprendido que es razonable aceptar que quienes se sitúan en el  5 forman parte del centro y conforman el Centro-Izquierda y los que se sitúan en el 6 son el Centro-Derecha, resultando un sesgo hacia la izquierda, imposible de evaluar en esta escala.

Pero es obvio que quienes se sitúan en el 4, no pretenden ser de Centro, sino de Izquierda. De Izquierda moderada, si se quiere subrayar su proximidad al centro, pero de izquierda sin paliativos. Y no parece correcto colocar ‘a fortiori’ en el centro a los encuestados que no quieren estar en el centro y escogen, por ello, una posición (4) que está obviamente en la izquierda de la escala.

Por estas razones, al contrario de lo que se sostiene en Piedras de Papel, que estima que el 47% de las fugas proceden del centro, sostenemos aquí que sólo el 26% de los fugados son centristas.

Es importante subrayarlo, porque la hipotética recuperación de esos votos centristas, ubicados en el “espacio natural” de otros partidos como UPyD, PNV, CiU o Ciutadans, no solucionaría la crisis electoral del PSOE: recuperar 1,3 millones de votos, que son las pérdidas en el centro, pondría al PSOE, en el mejor de los casos, en 7,5 millones de votos. Esa cifra es, como sabemos, la cifra de la peor derrota del PSOE. Una cifra absolutamente insuficiente para alcanzar el gobierno aunque sea en minoría. Una cifra, que no solo lanza al PSOE a la oposición, sino que abre las puertas a una nueva mayoría absoluta del PP.

Empeñarse en correr tras esos votos centristas con gestos de excesiva moderación, cuando no de connivencia y entendimiento con la derecha, a espaldas de los electores de la izquierda y en contra de su voluntad, solo servirá para ampliar el roto que el PSOE se ha hecho a sí mismo en su base electoral, que es la izquierda moderada. Intentar ‘sujetar’ al electorado centrista con gestos al estilo de la reforma constitucional del artículo 135, o mediante la propuesta de hipotéticos gobiernos de concentración PSOE-PP es, además de ineficiente para fidelizar al votante de centro, gravemente contraproducente para detener la fuga del electorado de izquierda, que aún permanece activa.

Eso no significa que el PSOE deba descuidar el cultivo del voto centrista, que acabará necesitando para gobernar una vez que recupere su electorado natural en la izquierda moderada si es que se diese esa eventualidad en el futuro.  Por ello, el PSOE no puede lanzarse a una alocada carrera  hacia posiciones izquierdistas que nunca mantuvo. Correr en pos de los 500.000 votos perdidos en la izquierda radical es bastante más inútil aún que batallar por los votos centristas. Sin despreciar el servicio que han venido haciendo al país los electores de la izquierda radical al ‘prestar’ su voto al PSOE, unas veces para evitar que sean votos estériles, otras para impedir que gobierne el PP, es preciso subrayar que ese sector del electorado ha venido aportando al PSOE lo que podemos llamar un ‘voto transeúnte’, un voto de paso, que solo se acerca al PSOE –y con la nariz tapada- cuando el país acaba de ser zarandeado por las políticas del PP.

Son votos que se acercan al PSOE cuando el ambiente huele a triunfo electoral y ese no es el caso en el momento actual. El PSOE está en sus horas más bajas y los fugados por el flanco izquierdo no son fáciles de recuperar con promesas de virajes a la izquierda, que a este sector del electorado no le parecerían creíbles y que, en cualquier caso, siempre les parecerían insuficientes. Una aproximación política a este sector del electorado, es una mala operación electoral. Tanto más mala cuanto más intenso y sincero sea ese acercamiento: los guiños para tapar esa fuga por la izquierda son la forma más eficiente de abrir los grifos por los que se escapan a chorros los votos de la izquierda moderada y del centro, que son el 75% del total de las pérdidas. Ese es el dilema: ni desplazarse a la derecha buscando el voto centrista, ni escorarse a la izquierda buscando el voto de la izquierda radical.

Porque la fuga verdaderamente problemática para el PSOE es la que se ha producido estos años en su base social más genuina y cercana: es la pérdida de 2.600.000 votos (51% de todas las pérdidas) que han afectado a los tramos 3 y 4 de la escala (la izquierda moderada). Ese es el auténtico roto electoral del PSOE.  Rubalcaba se equivocaba al proclamar a los cuatro vientos, después de la Conferencia Política aquello de que “el PSOE ha vuelto”. Nada más lejos de la realidad. Para que el PSOE "vuelva", es condición imprescindible que vuelvan a votarlo los 6.6 millones de ciudadanos de izquierda moderada que lo votaron en 2008 y que nuclearon una mayoría de gobierno con apoyos por la izquierda y por el centro.

Y para recuperar esos votos, para que el PSOE vuelva, es posible que no baste con que se vaya Rubalcaba. Por lo que dan a entender los sondeos, es posible que la jubilación de la vieja guardia sea una condición necesaria, pero no suficiente, para que el PSOE vuelva a hegemonizar la izquierda moderada y desde ahí, a liderar a la toda la izquierda y a gobernar el país.

Pero aunque el PSOE renovase radicalmente a sus cuadros, maniobra imprescindible en la que no está mostrando mucha agilidad, se me antoja que la tarea de recuperar los votos perdidos en la izquierda moderada y, con ellos, la posibilidad de recuperar la mayoría social, es una tarea particularmente difícil. Porque contrariamente a lo que se dice y al PSOE le gustaría creer, los votos fugados no están mayoritariamente estacionados en el parking de la Abstención o de los BAI's, a la espera de que el PSOE les de un mínimo pretexto para volver a votarlo. Al contrario. La mayoría de los votos fugados del PSOE, no están agazapados en los BAI's esperando a que amaine. La mayoría de los votos fugados están dando muestra en los sondeos de que ya han optado por votar a otros partidos en las próximas elecciones. Y no parece ser un fenómeno de voto oculto, sino de transferencia de voto.

Esas son las cuestiones que abordaré en el siguiente post: ¿Dónde han ido los votos fugados?