Este post está motivado por la
lectura de un artículo que, con el mismo título, publicó Ignacio Jurado en Piedras
de Papel. Discrepo abiertamente del planteamiento del problema que hace
este autor, del punto de partida que toma para iniciar su análisis y, en
consecuencia, de los corolarios políticos que extrae.
LA CUANTÍA DE LAS FUGAS
En primer lugar, creo que
comparando datos de las últimas elecciones de 2011 con cualquiera de las
estimaciones actuales, minimizamos hasta el límite de la caricatura el proceso
de fuga de votantes que ha sufrido el PSOE:
- En octubre de 2011 la intención directa de voto al PSOE alcanzaba al 17’9 % del Censo Electoral.En Enero de 2014 esa intención directa había disminuido al 11´8% de los electores.
- La expectativa de voto (intención +simpatía) en octubre de 2011 era del 23,7% y en enero de 2014 esa expectativa había disminuido al 17,1%.
- La estimación de voto que sostenía el CIS en octubre de 2011 era del 29,91% de los votos válidos, mientras que en enero de 2014 la estimación es del 26’6% del voto válido.
Intención de voto
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Voto +Simpatía
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Voto estimado
|
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Octubre 2011
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17,9
|
23,7
|
29,9
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Enero 2014
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11,8
|
17,1
|
26,6
|
Diferencias
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6,1
|
6,6
|
3,3
|
Cualquiera que sea la medida
adoptada en las comparaciones, la consideración de este periodo nos lleva a una evaluación
relativamente ‘amable’ del proceso: parece que la fuga de votos, que en
términos absolutos es sencillamente escandalosa, en términos relativos puede
presentarse como moderada, soportable…
Todo parece indicar que las pérdidas pueden cifrarse en 6 puntos, que se
reducen a la mitad cuando se cocinan los datos con las recetas habituales en la
estimación de voto.
Pero traducido a cifras absolutas, este proceso de fuga que
sufre el PSOE desde su derrota electoral en 2011, supondría, de acuerdo con estos datos, una pérdida de 2
millones de votos. Si con una expectativa de voto del 23.7% del Censo en
Octubre de 2011 el PSOE obtuvo 7 millones de votos, una sencilla regla de tres
nos lleva a concluir que si ahora se celebrasen elecciones con una expectativa
del 17.1% del Censo, el PSOE obtendría una cifra muy ligeramente por encima de
los 5 millones de votos.
Cuando la comparación se
establece con 2008 la descripción del proceso de fuga de votos adquiere otros
perfiles y se dibuja con tintes mucho más dramáticos. Las elecciones de 2008 no
son un punto de partida arbitrario: constituyen el dato relativo a las elecciones
más recientes ganadas por el PSOE. La fuga de votos que ha afectado a este
partido es, en rigor, la que mide las pérdidas sufridas desde esa fecha a
nuestros días.
Intención de voto
|
Voto +Simpatía
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Enero 2008
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30,9%
|
37,1%
…
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Enero 2014
|
11,8%
|
18,2%
(*)
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Diferencias
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19,1%
|
18,9%
....
|
(*) Ese valor, calculado por mí a partir de datos
desagregados ofrecidos por el CIS,
no coincide
con el 17,1% que ofrece el CIS en las tablas de totales)
- En enero de 2008, dos meses antes de que se celebrasen las elecciones, la intención directa de voto al PSOE era del 30,9% del Censo. En enero de 2014, del 11,8%. Se ha reducido en más de un 60% el apoyo con el que contaba.
- En enero de 2008, la expectativa de voto (Intención + Simpatía) era del 37,1%, mientras que en enero de 2014 había descendido al 17.1%. La expectativa se ha reducido en más de un 50%.
- En marzo de 2008, el PSOE obtuvo 11.289.335 votos, el 43,87% del voto válido. En enero de 2014, el barómetro del CIS le estima un voto del 26,6%. Como se trabaja con escenarios de abstención comprendidos entre el 35% y el 40% del Censo, en el mejor de esos escenarios acudirían a votar unos 22.750.000 ciudadanos. El 26,6% que se estima para el PSOE, supondría una cantidad aproximada de 6 millones de votos. Pero el peor de esos escenarios posibles, con una abstención del 40%, los votos del PSOE descenderían por debajo de los 5.5 millones de votos.
Cuando se considera todo el
periodo de decadencia electoral del PSOE, desde enero de 2008 a enero de este
año 2014, las cifras son más reveladoras y también más dramáticas.
Teniendo en cuenta que hemos
corregido la expectativa de voto (Intención+Simpatía) a partir de los propios
datos del CIS, elevándola a 18,2% del Censo, como éste contaba con 34.391.746 de
electores al comenzar el año 2014, el PSOE, en unas hipotéticas elecciones que se celebrasen hoy, obtendría
un total de 6.266.176 votos, lo que significaría que la fuga habría que
cifrarla en una pérdida total de 5.023.159
de votos
Llegados a este punto hay que
hacer una advertencia: Los votos obtenidos realmente en las urnas,
no suelen coincidir con el binomio (Intención + Simpatía), sino que en las
elecciones el porcentaje suele ser inferior. Así, 37,1% de expectativa del PSOE en 2008, se debería haber traducido
en 12.985.000 votos, pero sólo se obtuvieron 11. 289.335, es decir, el 32,25%,
cinco puntos menos de lo previsto. Cuando en 2011, el PP ganó las elecciones,
la expectativa de voto que calculaba el CIS en octubre de ese año era del 33.1% del Censo lo que hubiese supuesto
un resultado electoral de 11.585.000 de votos, pero el PP solo obtuvo 10.866.566,
es decir un 31% del Censo.
Esta cuestión plantea algún
interrogante acerca de la validez que el cálculo del binomio
(Intención+Simpatía) pueda tener para evaluar el número de votos que obtendría
el PSOE en unas hipotéticas elecciones inmediatas.
- Si admitimos que mi cálculo es correcto, el 18,2% del actual Censo electoral de residentes en España, que tiene inscritos a 34.391.746 ciudadanos, supondría un total de 6.266.176 votos.
- Si es correcto el cálculo del CIS, el 17,1% de ese Censo arrojaría un total de 5.880.988 votos para el PSOE , que es una pérdida adicional de casi 400.000 votos.
- Pero si admitimos, además, que el binomio (Intención+Simpatía) dibuja expectativas por encima de lo que luego son los resultados reales en las urnas, la pérdida de más de 6 millones de votos adquiere verosimilitud. Partiendo de 11.3 millones de votos en 2008, una pérdida de más de 6 millones situaría al PSOE en el entorno de los 5 a 5,5 millones de votos.
- Con ese volumen de votos, si la estimación de voto del 26,6% que hace el CIS puede considerarse correcta, estaríamos admitiendo que la participación en esas hipotéticas elecciones inmediatas se cifraría en unos 20,7 millones de electores, es decir, una participación del 60,2% y, en consecuencia, una abstención record del 39,8% en unas elecciones generales.
Aunque las anteriores cifras,
pueden constituir un cálculo maximalista de la situación de desafección al
sistema y un varapalo a las expectativas electorales del PSOE, que sus
dirigentes, militantes y simpatizantes se niegan a aceptar, hay que decir que
son cálculos verosímiles, en base a los datos de opinión recogidos por el CIS.
Hay que advertir que los datos sin cocinar (intención directa de voto y
voto+simpatía) conducen a calcular pérdidas mucho más abultadas que si se
utilizan datos cocinados (estimación de voto) que conducen a pérdidas más
suaves.
Si tomásemos las estimaciones más
favorables al PSOE, como las que hace Metroscopia en su barómetro de febrero de
2014, encontraríamos que, la estimación de un 31,7% de los votos con una
participación del 65%, llevaría a un resultado electoral de 7.086.419 votos. En ese supuesto, el PSOE mantendría los votos
de 2011 y recuperaría unos pocos miles respecto a esa fecha. Si así fuese, no tendría
sentido hablar de fugas en el PSOE, al menos como un fenómeno actual. Ni
tendría sentido analizar de donde provienen esas fugas, si de la izquierda o
del centro, porque –en este último supuesto- las fugas, sencillamente, no existirían:
los puntos de fuga se habrían tapado, habría cesado la sangría de votos y se
habría iniciado la recuperación.
Los cálculos que he realizado
para este artículo, a partir de los datos del CIS, me llevan a dibujar una
situación intermedia: ni la estabilización-recuperación que pretende Metroscopia, ni el mantenimiento
de los altos ritmos de fuga del período del Gobierno Zapatero, como podría deducirse
de los datos brutos del CIS.
Aceptando que quienes expresan su
intención de votar al PSOE, más aquellos que declaran su simpatía hacia el PSOE
acabarán votándolo, los datos desagregados del CIS me llevan a estimar que el
resultado probable de esas hipotéticas elecciones inmediatas sería de 6.265.548
votantes y ello implicaría una fuga en seis años de 5.023.787, que son el 44,5% de los votantes
que tuvo en 2008. Esa es la magnitud total de la fuga, cuya evolución temporal
he intentado reflejar en el Gráfico nº 1.
Gráfico 1.- Evolución del número de votantes del PSOE
2008-2014
Desde 2008 la fugas de votos del
PSOE han sido permanentes. No han cesado en ningún momento, aunque es cierto
que los ritmos han sido distintos:
- En el periodo de gobierno de Zapatero, se perdieron 4.285.824 votos entre las elecciones de marzo de 2008 y las elecciones de noviembre de 2011. Es te dato no tiene discusión porque es simplemente la diferencia real entre los votos obtenidos en cada una de las dos elecciones. No procede de ninguna estimación.
- En el periodo de oposición, con Rubalcaba al frente del partido, calculamos que las fugas han sido mucho menos numerosas y solo ascienden, según nuestros cálculos a 737.963 votos, al mismo tiempo que debemos subrayar que, para el barómetro de febrero de 2014 elaborado por Metroscopia, esas fugas ya habrían cesado, mientras que los datos brutos aportados por el CIS en el barómetro de enero, elevarían la estimación de las pérdidas por encima de 1.100.000 votos entre noviembre de 2011 y enero de 2014.